ANTONIO RODRÍGUEZ HUÉSCAR, el hombre de Fuenllana (Ciudad Real), en el portal del Instituto Cervante
El profesor Juan Padilla trazó una semblanza de Rodríguez Huéscar que, como discípulo fiel de Ortega, hizo propia la metafísica de la razón vital; y como miembro de la Escuela de Madrid retrató su pasión filosófica por la verdad y su honestidad moral admirable. Acompañado de las tres hijas de A. Rodríguez Huéscar, familiares y amigos presentó el portal del Instituto Cervantes.
Para Helio Carpintero: <En el entorno de la Escuela de Madrid, surgida en torno a Ortega, y fuertemente influida por Unamuno, se acumula una considerable colección de ensayos y novelas, estrechamente relacionados entre sí. Piénsese, si no, en la colección de novelas, o «nivolas», de Unamuno -Abel Sánchez, Niebla, Amor y pedagogía, La tía Tula, etc.- y, junto a ellas, su extraordinaria reflexión sobre la Vida de Don Quijote y Sancho, una de las piezas clave de su pensamiento doctrinal, y su singular reflexión Cómo se hace una novela, a medio camino entre ambos extremos. A su lado, sin duda, hay que colocar las reflexiones de Ortega sobre El Quijote y la novela en general, en Meditaciones del Quijote, y más tarde sus «Ideas sobre la novela», y sus ensayos sobre varios bien conocidos novelistas en El Espectador. A todo lo cual hay que unir la novela de Rodríguez Huéscar, <Vida con una diosa>, y sus reflexiones sobre el género literario novelesco, a más de los varios lugares donde Marías reflexiona sobre la novela, sobre la creación unamuniana, y sobre «La novela como método de conocimiento», dando particular sustantividad a nuestro tema.
Para el editor José Lasaga: <Éthos y lógos tiene razón de ser, por los siguientes motivos: a)porque es el primer intento por dar una trabazón sistemática a las categorías de la razón vital, prueba efectiva de que el pensamiento de Ortega es algo más que un manojo de intuiciones discontinuas, que pone fin al espurio debate sobre si es o no sistemática esta forma de hacer filosofía; b) porque es la obra más ambiciosa y compleja de Rodríguez Huéscar, heredera tanto del ciclo de cursos que dictó en la Universidad de Río Piedras (Puerto Rico)como de sus anteriores publicaciones de carácter más abiertamente especulativo:<Perspectiva y verdad>,en cuyas páginas finales esta incoado el proyecto de este libro, y <La innovación metafísica de Ortega>, con el que guarda estrechas relaciones de planteamiento, al constituir un primer intento de abordar una sistematización de las categorías de la razón vital>.
En el prólogo, para Julián Marías: <Huéscar se sintió penetrado por la alegría de que las cosas pudieran estar claras, con una claridad racional, comunicable y justificable. Es decir, se sintió enriquecido con esas verdades que Ortega había descubierto o iba descubriendo en diálogo con nosotros,y que eran también plena, legítimamente suyas.Al cabo de unos años,aquel muchacho llegado de la Mancha era intelectualmente más rico que los que no habían hecho el esfuerzo de apoderarse de aquellas riquezas ofrecidas...Esto dejó a Huéscar marcado para toda la vida. Y no solo intelectualmente, sino en toda su persona. Mejor dicho, intelectualmente pero en el sentido de la razón vital, que es la vida misma en función de dar razón de la realidad. El pensamiento de Ortega incluía, como elemento esencial, la evidencia de que la vida humana es intrínsecamente moral (es decir, moral o inmoral). Se desprendía de él la consecuencia de que engañarse, sustituir las propias convicciones, estimaciones, pretensiones, deseos, por otros, era falsificación, no ser uno mismo>.
“En Don Quijote nos encontramos todos, más o menos, representados. ¿Quién no es alguna vez soñador de sí mismo, de ese ideal de sí mismo que no coincide nunca con el que realmente somos?”.
<El hombre de Montiel. (La rebelión contra el tiempo)>. Biblioteca. Universidad de Castilla-La Mancha >.
Antonio Rodríguez Huéscar.