Héctor Brioso Santos. <El nombre de Don Quijote>.
Editorial Academia del Hispanismo, Madrid, 2013. Biblioteca Cátedra Miguel de Cervantes. Presentación.
El libro del profesor de Literatura Española de la Universidad de Alcalá de Henares, Héctor Brioso Santos, empieza con un sutil y sugerente texto para todo lector atento: "En 1935 escribía Azorín un lúcido apunte sobre el cervantismo español de su tiempo: "Fácil es, teniendo paciencia, amontonar, en el retiro del del gabinete, acarreos de cultura sobre acarreos. De este modo, se van formando esas estratificaciones estéticas tan españolas, tan a lo escolástico, que admiramos, con pasmo, con miedo, en los modernos eruditos de España". Criticaba Azorín que..."los comentaristas del Quijote adolecen de trabajar en abstracto".
El profesor Héctor Brioso tras hacer un documentado análisis de las acepciones del nombre "Quijote", partiendo de Cervantes y otros cervantistas, algunos con visiones imaginativas, escribe: "En realidad, tampoco veo beneficio de salirnos del evidente y sencillo rasgo humorístico cervantino del nombre Quijote como una alusión más bien festiva y ligera a la pierna nada homérica del caballero, a su magro muslo de viejo reseco y delirante, sin desdeñar la costumbre onomástica caballeresca de que el nombre del personaje destaque alguna de características físicas... Pero, al hacer que su héroe vuelva a la celada, la rodela, el caballo, el quijote y la todavía más irreal errancia caballeresca, Cervantes muestra sentimientos encontrados: él mismo menosprecia las nuevas artes de la guerra, pero también desea destacar y poner en valor el anacrónico, estéril y paradójico esfuerzo de don Quijote. Y una de las formas de hacerlo es a través de su nombre como caballero recién armado o por armar, tomado de una pieza por las extremidades bajas de una vetusta armadura. Su caballería es más digna y moral que la carrera militar técnica de los soldados modernos, pero también mucho más inútil, como Cervantes sabe por su experiencia en Lepanto, por ejemplo".