Un certamen literario, abierto por el Ateneo de Zaragoza para celebrar el tercer centenario de la publicación del Quijote, en 1905, dio origen al trabajo de don Ezequiel Solana sobre el "Valor educativo del Quijote en la Escuela primaria". Este trabajo, que se premió, fue dispuesto en la forma que hoy tiene cuando, por real orden de 22 de octubre de 1912 -que no ha sido derogada-, se dispuso que diariamente se leyesen y explicasen en la escuela trozos de las obras de Cervantes. Contiene en su primera parte el discurso sobre el valor educativo del Quijote, y en su segunda, una serie de trozos escogidos de Cervantes que encierran algún consejo o reflexión útil>. Palabras de los Herederos de E. Solana. Don Ezequiel Solana escribe sobre Cervantes: <Quién lo alaba como erudito, quién como purista; éstos como reverendo moralizador, aquéllos como sutilísimo psicólogo; para unos es el católico ferviente, el atildado hablista; para otros el refinado político, el consumado médico, el novelador, el filósofo, el poeta.
Y es Cervantes todo eso, y en el Quijote hay testimonios que lo prueban, corroboran y confirman; pero ante todo y sobre todo, por fin al escribir el Quijote se propuso y por los medios que empleó para llevarlo a cabo, Cervantes merece ser considerado como un sabio moralista, como un verdadero educador>.