Alfredo Alvar Ezquerra.
Un maestro en tiempos de Felipe II. Juan López de Hoyos y la enseñanza humana.
Para Alfredo Alvar: "La idea inicial era la de redactar la vida de un maestro en el siglo XVI. Mi protagonista había de ser Juan López de Hoyos, porque ya le había dedicado atención en los últimos años e incluso había escrito una biografía y otros artículos científicos y de divulgación sobre Cervantes, que se dice que fue su <discípulo>, no estaba mal desentrañar por una vez la vida de ese Juan López de Hoyos, el maestro de Cervantes. Mas lo gracioso es que no sabemos ni por cuánto tiempo lo fue, ni qué le enseñó, y además estoy convencido de que las relaciones entre los dos acabaron como el rosario de la autora. Es más, me da la impresión de que Cervantes lo despreció visceralmente y por escrito".
Para el profesor del Instituto de Historia del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y miembro de la Rea Academia de la Historia: "El humanista debía enseñar Gramática, Retórica, Poesía, Historia y Filosofía Moral"... "Unos humanistas pensaban que el papel radicaba en formar cívicamente a sus discípulos y hacerles capaces de manejar correctamente el latín, porque como lengua aplicada les daría la oportunidad de recuperar a los clásicos y a lo clásico. Así, el maestro haría de sus estudiantes buenos retóricos y excelentes críticos de información útil, no banal. De esta manera, podrían extraer las enseñanzas morales de lo que leyeran. Así, la crítica textual sobrepasaría las líneas de la erudición para ser más la columna de una formación moral rigurosa. Había, por lo tanto, una opción moral de la función social del maestro"... "La Antigüedad clásica se redescubriendo a diario. Pero también el arte de imprimir, o el de escribir y el de enseñar".
"La falta de calidad -de las enseñanzas-, tan denunciada por Cervantes, p.e., produjo una falta de profesores jóvenes y una proliferación de enseñanzas <utilitaristas> de inmediata aplicación, otro de los cánceres de la universidad (¡en el otro lado de la balanza están los chupones inútiles que se aprovechan de todo!). Se formaron, sobre todo, letrados, esto es, gentes del derecho civil (para servir al rey) y del canónico (a la Iglesia o a la Inquisición). Se careció de otras miras porque no eran rentables. Pero... ¿solo lo rentable es importante? No, en absoluto: hay intangibles que el dinero no puede comprar. Empecemos de nuevo la revolución humanística: no todo es economía, no todo es homo economicus. ¡Existen la desdicha y la dignidad humanas! Esta última no se compra, no es tangible>. La vigencia del texto es una lección de humanidad para nuestro tiempo del mundo globalizado.